La propuesta nace de la
intención de construir un complejo administrativo con una imagen unitaria sin
negar así el requerimiento de edificar por fases. Se plantea dividir la parcela
en dos según el trazado urbano. El complejo se implantaría en la primera mitad,
los edificios funcionarían como 4 unidades independientes según las fases
cumpliendo la alineación del plan urbano permitiendo así una integración en su
entorno. La singularidad en su implantación viene dada por el gran vacío urbano
que libera a su entrada, a modo de plaza mayor, que conecta directamente con el
parque. Los edificios se plantean como volúmenes de ladrillo negro opacos en su
alzado principal pero completamente abiertos en su eje longitudinal permitiendo
una relación directa entre los diferentes edificios y funciones tanto
administrativas como culturales. Unos patios separan las distintas fases
permitiendo así una buena iluminación en el interior además de construir un
tejido urbano permeable entre el parque y los edificios de viviendas.
Los edificios se levantan
como volúmenes independientes presidiendo un vacío urbano pensado para los
habitantes de Yebes y sus alrededores. Tanto el edificio como el entorno que se
genera son un hito que actúa como foco cultural y administrativo.
La construcción de los
volúmenes consiste en una piel estructural cubierta por ladrillo negro colocado
a tope dotando al conjunto de una imagen abstracta pero potente. Con el fin de
potenciar al máximo la relación entre los diferentes edificios el cerramiento
de las fachadas intermedias se realizará con una doble piel de muro cortina que
funciona como una fachada 'caliente' en invierno [atrapando los rayos de sol e
introduciéndolos en el interior] y como una fachada fría en verano [permitiendo
la ventilación del edificio y su posterior reducción de la temperatura
interior].
Los patios que articulan
tanto el espacio como la volumetría de los diferentes edificios asumen tres
funciones: refrescar el espacio entre los edificios; servir de acceso a las
diferentes instalaciones; y construir ciudad quedando éstos abiertos o cerrados
según se requiera. Esta permeabilidad transversal al eje del desarrollo de la
organización del edificio permite la conexión tanto física como visual entre el
parque y las viviendas.
El edificio es de carácter
consistorial y cultural por su imagen y singularidad. El balcón del despacho
del alcalde vuela por encima de la plaza como homenaje a la importancia de
dicho elemento en nuestra cultura. El reloj, tan común en las plazas públicas,
situado en la esquina superior izquierda termina que configurar la plaza como
espacio público y de referencia dentro del entorno de la ciudad.